Ensayo
sobre los derechos humanos Contenido 1.0 Introducción. 3 1.2 Los derechos
humanos: ¿serán alguna vez garantizados?. 3 2.0 Objetivos. 3 3.0 Desarrollo. 4
3.1 ¿Qué hay de los derechos humanos hoy día?. 4 3.2 Progreso en tiempos
modernos. 4 4.0 Problemas que permanecen. 5 5.0 Tortura y genocidio. 7 6.0 ¿Qué
se necesita para garantizar los derechos humanos?. 8 7.0 Conclusión. 9 8.0
Bibliografia. 9 9.0 Anexos. 10 9.1 Entrevista en el piso 29. 10 9.2 CARTA
INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS.. 12 1.0 Introducción 1.2 Los derechos
humanos: ¿serán alguna vez garantizados? CONSIDERE por un momento los
siguientes mandamientos: “No debes asesinar.” “No debes hurtar.” “No debes dar
testimonio falsamente como testigo contra tu semejante.” “Una misma decisión
judicial debe aplicarse a ustedes. El residente forastero debe resultar ser lo
mismo que el natural.” Estos mandamientos formaban parte de una ley que se
escribió hace casi 3.500 años y que gobernó la vida de una nación por más de
1.500 años. El autor de esa ley o código ciertamente tenía entendimiento de los
derechos humanos. Esos mandamientos nos recuerdan algunos de los principios que
se encuentran en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como en el
Artículo 3, donde se declara que todo individuo tiene derecho a la “vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona,” o el Artículo 7, donde se declara que
todos los seres humanos son “iguales ante la ley.” Cuando la gente obedecía esa
antigua ley, esto contribuía mucho a garantizar la ‘vida, la libertad y la
seguridad’ de la gente que vivía en aquellos días. Pero hoy en día la realidad
es muy distinta, porque los derechos humanos al igual que los deberes no se
están cumpliendo como deberían. La violación de los derechos humanos es un
problema que va aumentado de día en día y por ello muchos llegan a preguntarse
¿serán alguna vez garantizados? 2.0 Objetivos Dada la importancia que tienen
los derechos humanos para la vida personal y social, es necesario e
imprescindible que sean dados a conocer, que se motive a su aplicación y que
sean protegidos frente a las violaciones que constantemente ocurren,
convirtiéndose este en el objetivo principal del ensayo, reflexionar sobre una
posible solución a este incumplimiento de los deberes y por consiguiente la
violación a los derechos que nos otorga la ley. 3.0 Desarrollo 3.1 ¿Qué hay de
los derechos humanos hoy día? “En todas partes del mundo crece el abuso de los
derechos humanos, y las violaciones de las normas internacionales están tan
propagadas que nos enfrentamos a una crisis respecto a los derechos humanos.”
Eso dijo Donald M. Frazer, miembro de la Cámara de Representantes de los
Estados Unidos. Al leer estas palabras, algunas personas quizás se sorprendan.
Ellas quizás crean que en el mundo moderno se ha progresado mucho en cuanto a
publicar y observar los derechos humanos. ¿Qué punto de vista es correcto? 3.2
Progreso en tiempos modernos Esta generación ha sido testigo de mucha actividad
internacional a favor de los derechos de diferentes grupos… ciertamente a mayor
grado que las generaciones anteriores. La Organización de las Naciones Unidas
ha tratado de establecer una norma internacional por medio de producir en 1948
la Declaración Universal de Derechos Humanos. Después de eso se hicieron dos
pactos: uno, relativo a los derechos económicos, sociales y culturales, y el
otro, de naturaleza internacional, relativo a los derechos políticos y civiles.
Puesto que la Declaración Universal fue meramente una declaración de metas, fue
firmada por la mayoría de las naciones que en aquel entonces eran miembros de
las Naciones Unidas. Sin embargo, los dos pactos tenían el propósito de
convertir aquellas metas en ley internacional que fuera obligatoria para los
signatarios. Las naciones titubearon mucho más en cuanto a firmar estos pactos.
Además de las Naciones Unidas, otras organizaciones internacionales —como
Amnistía Internacional— trabajan con la meta de animar la observancia de los
derechos humanos por todo el mundo. La Comisión Europea sobre los Derechos
Humanos ha sido establecida para tratar con los alegatos de violaciones. La
Organización Internacional del Trabajo se ha esforzado por abolir cosas como el
trabajo forzado, y por evitar el desempleo. Muchos gobiernos nacionales han
aprobado leyes que protegen los derechos y las normas de vida de los
trabajadores. Hasta los líderes de la cristiandad se están expresando
claramente a favor de los derechos humanos. Y, más recientemente, los Estados
Unidos han hecho de los derechos humanos una parte principal de su política exterior,
con la esperanza de usar su poderío económico y político para animar a otros
países a proteger los derechos de sus ciudadanos. 4.0 Problemas que permanecen
¿Significa toda esta actividad que los derechos humanos serán garantizados en
nuestro tiempo, o en este sistema de cosas mundial que existe hoy?
Desafortunadamente, tal como indicó el representante Frazer, todavía oímos
acerca de violaciones de los derechos humanos en muchos países. En 1976 se
publicó la siguiente declaración del que entonces era secretario de Estado de
los Estados Unidos: “Ningún país, ningún pueblo, en realidad ningún sistema
político, puede alegar que tiene un registro perfecto en el campo de los
derechos humanos.” En la celebración del trigésimo aniversario de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, se publicó la siguiente declaración
del Papa Juan Pablo II: “El mundo en que vivimos hoy día ofrece demasiados
ejemplos de injusticia y opresión.” El Times de Canberra citó el siguiente
comentario de Amnistía Internacional: “Los derechos humanos son violados en la
mayoría de los países, bajo regímenes e ideologías políticas de toda clase.” ¿A
qué se debe esto? Un problema es que hay violaciones que están fuera del
control de los gobiernos nacionales. Ningún gobierno desea que los delincuentes
violen los derechos de sus ciudadanos; no obstante, en la mayoría de los países
hoy día la ‘seguridad de la persona’ de muchos ha sido violada debido a la
creciente ola de crímenes. Otro problema que es muy difícil de resolver es el
del hambre mundial. Millones de personas viven en un nivel de inanición, y, por
lo tanto, disfrutan de muy pocos derechos. Como lo expresó cierta persona:
“¿Cómo podría la gente disfrutar de su derecho de vivir a plenitud y bien si
hay pobreza y hambre?” En las noticias de los últimos meses han sido
prominentes los refugiados de Vietnam. La mayoría de la gente concordará en
que, según el artículo 14 de la Declaración Universal, “en caso de persecución”
estas personas tienen derecho a “buscar asilo, y a disfrutar de él, en
cualquier país.” Sin embargo el que éstos se hayan presentado en las costas de
algunos países ha causado mucha consternación. Aparentemente amenazan la
economía de estos países, y hay informes de que se les ha rechazado, a veces
con resultados trágicos. Los conflictos de intereses, o de derechos, son otro
problema. Ruben Santos Cuyugen, educador filipino, lo explicó de la siguiente
manera: “El proteger los derechos culturales de una minoría puede ser contrario
a las necesidades de desarrollo de la comunidad mayor o de la región. De manera
semejante, el proteger los derechos de propiedad del grupo de condición
económica elevada puede redundar en represión de los derechos de los grupos de
condición económica muy baja o de los desvalidos.” ¿Qué quiere decir él? Pues
bien, imagínese un país en el que la mayor parte de las riquezas esté en manos
de unos cuantos privilegiados, mientras que la gran mayoría vive en la pobreza.
A fin de tratar de elevar las normas de vida de la mayoría y, por lo tanto,
proteger los derechos de ésta, el gobierno quizás trate de redistribuir la
riqueza del país. No obstante, al hacer eso es posible que viole los derechos
de la minoría acaudalada, los cuales son igualmente válidos. Finalmente, está
la cuestión de interpretación. Algunos países occidentales a menudo señalan a
los derechos de que disfrutan sus ciudadanos, sin embargo algunas naciones
orientales los han acusado de violar los derechos humanos. Según el Times de
Nueva York, recientemente Fidel Castro sostuvo que la llamada libertad de
Occidente no es más que el derecho burgués de explotar al hombre y de conservar
el sistema de clases. Por otra parte, algunos países no comunistas llaman la
atención a las muchas supuestas violaciones de derechos que se efectúan en los
países comunistas, como los informes sobre campos de trabajo forzado, y la
situación difícil en que, según amplia publicidad, se encuentran los
disidentes. No obstante, según el periódico francés La Croix, “la Unión
Soviética. . . ha optado por hacer una gran celebración de este aniversario (de
la Declaración Universal de Derechos Humanos) por medio de elogiar. . . los
derechos excepcionales de que disfrutan sus ciudadanos.” Pudiera quedar la
impresión de que unos y otros están hablando de cosas diferentes, y tal vez lo
estén. Como dijo recientemente el Dr. Edward Norman, decano de Peterhouse de la
Universidad de Cambridge, Inglaterra: “En sus críticas de los regímenes
autoritarios las democracias occidentales insisten en esta clase de objeciones
morales (acerca de los derechos humanos). . . en su rechazo del liberalismo
occidental los estados socialistas responden con exactamente la misma clase de
retórica sobre los derechos humanos. Se comparte el vocabulario de los derechos
humanos, pero el contenido varía según la ideología o la clase.” 5.0 Tortura y
genocidio Algo que quizás sea peor que los problemas sociales y las diferencias
ideológicas que ya se han mencionado son los muchos casos en los cuales los
gobiernos tienen la norma de oprimir a su propia gente. Hace más de dos años la
revista Times publicó una cita de Amnistía Internacional en la cual se decía
que en la década anterior 60 países habían hecho uso oficial de la tortura. Tan
solo en 1975 40 países fueron acusados de torturar a sus propios ciudadanos.
Además
se
acusa a varios países de tener presos políticos. Después de la última guerra
mundial el mundo se horrorizó al oír acerca de la matanza de seis millones de
judíos, así como de millones de otras personas, en Europa. Muchas personas
dijeron: “¡Eso jamás debe volver a suceder!” No obstante, aun ahora leemos
informes de matanzas en gran escala en diferentes partes del mundo. Se acusa al
gobierno de un pequeño país africano de causar la muerte de la sexta parte de
su población. Se afirma que en una isla tropical murieron 100.000 personas en
una invasión que se efectuó hace poco. De un país asiático, algunos informes
dicen que más de un millón de personas han sido asesinadas por razones
políticas. Tal vez, al leer estos informes, usted se haya preguntado: ‘¿Por qué
no se hace nada en cuanto a esto? ¿Por qué no puede ir alguien, verificar si
estas cosas son ciertas, y hacer que cesen?’ La respuesta está en lo que el
jurista británico lord Wilberforce llamó el “dilema insoluble en las cuestiones
de los derechos humanos: un principio es que, desde la Declaración Universal,
los derechos humanos son de interés internacional, y el otro es que la manera
en que un Estado trata a sus propios súbditos es cuestión de interés
exclusivamente interno.” El profesor W. J. Stankiewics, de la Universidad de
Colombia Británica, lo explicó con más detalle: “Parece que aun cuando un país
crea que hay violación de los derechos humanos en otro estado, la ley
internacional no le permite tomar acción en contra del violador, ya sea solo o
junto con otros estados. Sí, un acto encaminado a poner fin a la violación de
los derechos humanos sería un acto de agresión según la ley internacional. Los
derechos humanos existen, y se les reconoce, pero difícilmente es posible
defenderlos.” 6.0 ¿Qué se necesita para garantizar los derechos humanos? En
vista de esto, es difícil ver cómo, en el presente sistema de cosas, se pudiera
llegar a garantizar plenamente los derechos humanos. ¿Habrá, pues, algún modo
en que se puedan garantizar estos derechos? Al examinar la historia pasada y
presente de la lucha del hombre por sus derechos, parece que por lo menos se
necesitan dos cosas. Primero, parece que se necesita una comunidad
verdaderamente moral, una en la que cada individuo no solo disfrute de sus
propios derechos, sino que altruistamente respete los derechos de su prójimo.
En segundo lugar, tiene que haber una autoridad con suficiente sabiduría como
para que pueda decidir de manera justa cómo equilibrar los derechos de los
diferentes grupos, y resolver las ideologías en conflicto sobre los derechos
humanos. Esta autoridad también necesitaría suficiente poder como para resolver
problemas sociales como los del delito y la pobreza, cosas que conducen a que a
la gente se le prive de sus derechos. También tendría que ser supranacional, es
decir, tener autoridad sobre las naciones, de modo que ninguna potencia
terrestre pudiera matar, torturar, encarcelar injustamente o de otro modo
oprimir a sus ciudadanos.
7.0
Conclusión “LA LIBERTAD, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana.” Así reza el preámbulo
de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero no se están ejerciendo.
Sí, a través de la historia, el registro de la humanidad con relación a los
derechos humanos ha sido deficiente. Las fuerzas que deberían haber trabajado
para el mejoramiento del hombre, como las leyes del país, han sido inadecuadas
o positivamente dañinas para la humanidad. A muchas clases se les privó de sus
derechos, y las tendencias egoístas de los hombres impidieron que las clases
hallaran alivio de la opresión. Quién diría que unas palabras escritas hace más
de 3.000 años tendrían también valides en el siglo XXI: “El hombre ha dominado
al hombre para perjuicio suyo.”—Ecl. 8:9 8.0 Bibliografia Libros Clavero,
Bartolomé, Derecho indígena y cultura constitucional en América. México: siglo
veintiuno editores. (1994). Fernández-Galiano, Antonio; de Castro Cid, Benito.
Lecciones de Teoría del Derecho y Derecho Natural. Madrid: Universitas. (1999) Steiner, J. &
Alston, Philip. International Human Rights in Context: Law, Politics, Morals.
Oxford: Clarendon Press. (1996). Revistas Awake! (Despertad!), NY, pages 2-11,
february, 1980, Human rights. Awake! (Despertad!),
NY, pages 6-7, november, 1998, Human rights. Paginas Web jw.org 9.0 Anexos 9.1
Entrevista en el piso 29 CUANDO se sale del ascensor en el piso 29 del edificio
de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, un letrerito azul indica
cómo llegar a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos
(OACDR). Esta dependencia actúa en representación de la oficina central de la
OACDR, con sede en Ginebra (Suiza), que constituye el foco de las actividades
de la ONU en materia de derechos humanos. Mary Robinson, la Alta Comisionada
para los Derechos Humanos, dirige la oficina central, en Ginebra, mientras que
Elsa Stamatopoulou, oriunda de Grecia, está al frente de la oficina de Nueva
York. Hace unos meses, la señora Stamatopoulou recibió amablemente a un
redactor de ¡AWAKE! para hablar sobre lo que se ha hecho en favor de los
derechos humanos en los pasados cinco decenios. A continuación reproducimos
algunos fragmentos de la entrevista.
P.
¿Qué progresos cree que se han hecho en pro de los derechos humanos? R. Le daré
tres ejemplos: En primer lugar, hace cincuenta años, el concepto de derechos
humanos no figuraba en la agenda internacional; hoy es omnipresente y se lleva
a la práctica. Los gobiernos que no habían oído hablar jamás de los derechos
humanos hace unas décadas, ahora hacen referencia a ellos. En segundo lugar, en
la actualidad disponemos de un código de leyes compuesto de numerosas
convenciones que especifica claramente a los gobiernos cuáles son sus
obligaciones para con sus súbditos [véase el recuadro “Carta Internacional de
Derechos Humanos”, en la página 7]. Se necesitaron muchos años de arduo trabajo
para formular este código, del cual estamos muy orgullosos. El tercer ejemplo
es que nunca antes ha habido tantas personas que participen en los movimientos
en favor de los derechos humanos y que puedan expresarse enérgicamente sobre
estos. P. ¿Qué obstáculos se han presentado? R. Después de diecisiete años de
trabajo en los programas de derechos humanos de la ONU, soy consciente, claro
está, de los problemas frustrantes a los que nos enfrentamos. El principal es
que muchas veces los gobiernos ven los derechos humanos como una cuestión
política en vez de humanitaria. Si se sienten amenazados políticamente, puede
que no cumplan los tratados sobre derechos humanos. Estos se convierten
entonces en papel mojado. Otro revés ha sido la incapacidad de la ONU para
impedir las violaciones graves de los derechos humanos en lugares tales como la
anterior Yugoslavia, Ruanda y, más recientemente, Argelia. Fue un tremendo
fracaso que la ONU no pudiera impedir las masacres que hubo en estos países.
Existen mecanismos para garantizar los derechos humanos, pero alguien tiene que
activarlos. ¿Quién lo hará? Si los intereses de los países que podrían dar
protección no están en juego, por lo general falta la voluntad política para
detener las violaciones. P. ¿Qué perspectivas ve? R. Veo una amenaza y una
promesa en el camino que lleva al respeto de los derechos humanos de todo el
mundo. Lo que me preocupa es la amenaza que representa la globalización de la
economía, que induce a las grandes empresas a establecerse en países donde la
mano de obra es más barata. Hoy en día, si es necesario, podemos culpar a los
gobiernos de violar los derechos humanos, y presionarlos. Pero ¿a quién vamos a
culpar por las violaciones producidas a raíz de los acuerdos económicos
multilaterales, que transfieren cada vez más poder de los gobiernos a las
fuerzas económicas mundiales? Al no poder controlar tales fuerzas, se debilita
la posición de las organizaciones intergubernamentales, como la ONU. En lo que
concierne a los derechos humanos, esta tendencia es destructiva. Es de crucial
importancia lograr que el sector privado se una al movimiento en favor de los
derechos humanos.
P. ¿Y
la promesa? R. El desarrollo de una cultura mundial de derechos humanos. Me
refiero a que mediante la educación debemos lograr que la gente sea más
consciente de los derechos humanos. Es un objetivo muy difícil, desde luego,
porque implica un cambio de mentalidad. Por eso hace diez años la ONU efectuó
una campaña pública de información para educar a la gente sobre sus derechos y
a los países sobre sus deberes. Además, la ONU ha proclamado el período
1995-2004 como el “Decenio para la educación en la esfera de los derechos
humanos”. Se espera que la educación cambie la mente y el corazón de las personas.
Pudiera parecer que me estoy refiriendo al Evangelio, pero en lo que respecta a
la educación en pro de los derechos humanos, soy una verdadera creyente. Espero
que el mundo adopte la cultura de los derechos humanos como su ideología en el
siglo próximo. 9.2 CARTA INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS Además de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, también existe una Carta
Internacional de Derechos Humanos. ¿Qué relación hay entre ambas? Pues bien, si
comparamos la Carta Internacional de Derechos Humanos con un libro de cinco
capítulos, la Declaración Universal sería el capítulo 1; los capítulos 2 y 3
corresponderían al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, respectivamente,
y los capítulos 4 y 5 contendrían, cada uno, un Protocolo Facultativo. La
Declaración Universal tiene valor moral, les dice a las naciones lo que
deberían hacer, mientras que los cuatro documentos adicionales son vinculantes,
les indican lo que tienen que hacer. Aunque la preparación de estos documentos
se inició en 1949, no entraron en vigor sino hasta varios decenios después. Hoy
en día, los cuatro documentos, junto con la Declaración Universal, componen la
Carta Internacional de Derechos Humanos. Además de la Carta Internacional, la
ONU ha ratificado más de ochenta tratados adicionales sobre derechos humanos.
“Así que es un error pensar que los tratados sobre derechos humanos de la Carta
Internacional son los más importantes —señala una especialista en derechos
humanos—. Por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1990, es
el documento de la ONU más universal y que más países han ratificado, y, sin
embargo, no forma parte de la Carta Internacional. El nombre ‘Carta Internacional
de Derechos Humanos’ se acuñó más con propósitos publicitarios que con la
intención de que designara un concepto formal. Y estará de acuerdo conmigo en
que capta la atención.”
Integrantes del
equipo: julio yael Sánchez morales, Carlos Daniel Martínez Gómez, Alan Andrés
guerrero Olanda
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